¿Es posible escribir desde el humor, la irreverencia y la transgresión?

Si existe un genio que es capaz de escribir desde el humor, la irreverencia y la transgresión, ¡aquí lo tenemos!

Señoras y señores, pasen y vean.

Algunas de las historias de vida de este sabio parecen increíbles. Aquí se hace cierto el dicho de que la realidad supera a la ficción.

Hay veces que sucede exactamente eso. Y te das cuenta de que la realidad es tan exagerada, que si quisieras reflejarla entera en un guión, habría que decirle al guionista que recortara algo, porque estarías atravesando la frontera de la verosimilitud.

Con este filósofo tenemos el ejemplo de alguien que, desde que nace, presenta conflictos con la Iglesia católica y más tarde con la evangelista y también, con el poder estatal. Y toda su vida va a estar bajo ese común denominador.

Y como no podría ser de otra forma, un individuo que piensa, un filósofo que ha sido considerado como el Príncipe de la Ilustración, como el pensador más importante que ha dado Francia, una de las mentes que sirvió de inspiración a la Revolución Francesa, lo mínimo que podría tener son problemas con el poder.

Ya sabemos que al poder absoluto lo que menos le gusta es alguien que piense; y mucho menos, alguien que se ría.

escribir-desde-el-humor-la-irreverencia-y-la-transgresión-feliz

Sus problemas con la Iglesia empiezan de recién nacido

Sus problemas con el cristianismo empiezan ya siendo bebé. Cuando nace no está claro quiénes son sus padres y la niñera cree que no vivirá mucho. Así que, para evitar que la pobre criatura sea condenada al limbo, la mujer se apresura por su cuenta a bautizarlo. Y lo hace con tanto afán que casi lo ahoga en la pila bautismal de la iglesia.

Ese inicio problemático con las instituciones eclesiásticas será simbólico en su vida. En realidad es el eje que marcará hacia dónde van a apuntar sus pasos.

De joven, cuando empieza a escribir ensayos y novelas, sus escritos son valorados por la Iglesia como basura, como textos asquerosos, y peligrosos. Los Obispos lo denuncian y el estado lo encierra en la Bastilla. Pero su ingenio es grande, inmenso y aún siendo un prisionero, no pierde su sentido del humor; su conversación es tan amena, que suele cenar con el director de la prisión.

Se queman luego sus libros. Un teólogo dice que no entiende como Dios ha permitido que un hombre tan escandaloso vea la luz sobre el planeta.

Más adelante, nuestro filósofo, Voltaire, ¡sí, el mismo! se ve obligado a escribir con seudónimo para evitar más cárceles, y no se arredra frente a la autoridad cuando le interrogan sobre sus panfletos contra el Cristianismo. Suele decir que para continuar con vida hay que mentir como el mismo diablo. O sea que, a veces, no reconoce sus propios escritos.

Al mundo se viene a divertirse, ¡córcholis!

Su vida privada es un caos. Se convierte en asesor de príncipes y monarcas europeos y, al asistir a las cortes, se enreda y flirtea con todas las mujeres nobles. Marquesas y duquesas son sus preferidas. Luego flirtea con esposas de amigos y finalmente, con su prima.

Entonces lanza su máxima: “¡Al mundo se viene a divertirse, córcholis!”.

escribir-desde-el-humor-la-irreverencia-y-la-transgresión-cara

Pronto se hace popular ensalzando la razón y la ciencia de Newton, pero muchas de sus obras van dirigidas contra los dogmas cristianos.

He aquí un ejemplo:

“La Iglesia romana es un monstruo al que estamos obligados a odiar. Cómo es posible que Dios que creó al mundo no destruyese rápidamente un mundo creado con tantos defectos (podría haberse suicidado al menos); en vez de esto lo llenó de ladrones y tiranos.”

“Y después de esto viene la máxima paradoja: después de construir un mundo dramático, baja él al mundo como su hijo, para salvar a los que previamente ha condenado y crea una Iglesia que castiga durante milenios en las cruzadas a todos los que le desconocen, y además los mata en la cruz cuando él mismo ha sufrido este castigo; delirante.”

“La Iglesia católica es pues una secta destructiva, que mata a millones de personas en fanatismo, lo único que se puede hacer es “Ecrasez l’infâme”. (Aplastar al infame, refiriéndose al fanatismo clerical).

Ésta deviene la firma final de todos sus escritos.

La frase se hace popular y Voltaire funda el movimiento anti-clerical. Y declara que en cien años las Iglesias servirán para establos de animales.

[thrive_leads id=’1138′]

¿Un poquito bipolar?

Voltaire no es un hombre anti religioso, sólo es un genio del humor, la irreverencia y la trangresión.

De hecho inaugura él mismo el “deísmo” es decir la creencia científica de que alguien ha debido organizar toda la Naturaleza y el Cosmos. Y, sobre todo, hay que creer en Dios, en un principio de justicia y compensación en el destino.

Esto considera que es un pensamiento sublime, y además divertido, que uno se lo pasa bien con él.

Sin embargo a pesar del deísmo le queda una parte de escepticismo y desolación por el mal en el mundo.

A raíz del terremoto de Lisboa, con la muerte de miles de personas, declara que el problema del mal es insoluble y lanza su frase de que “vivimos en el peor de los mundos posibles”, en contra del optimismo de Leibniz, que afirma que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Escribe el Poema sobre el desastre de Lisboa, en un momento de pesimismo. Y tres años más tarde, escribe su novela corta más conocida: Cándido o el optimismo.

Finalmente cree Voltaire que la filosofía es maravillosa, porque aleja el fanatismo y sobre todo, trae la resignación.

Bien está lo que bien acaba

Y ya de viejo, como escritor de éxito, obtiene la fama y un castillo con 160 criados y riquezas por sus obras y cargos.

Voltaire acaba diciendo que la vida no está tan mal, después de todo, si cumples alguno de tus objetivos.

escribir desde el humor la irreverencia y la transgresión oso

¿Qué me enseña Voltaire para la literatura y la vida?

Me enseña:

A escribir desde el humor, la irreverencia y la transgresión.

A huir de las solemnidades.

A tomar la vida y los textos con sentido el humor.

A no tomar las reglas como algo inmóvil, me recuerda que podemos ser transgresores.

A huir de los convencionalismos y a atreverse a ser original.

A expresarte desde tu Yo.

A integrar contradicciones.

A fijarme en las pistas y lo simbólico en la biografía de un personaje.

A no tener miedo.

A darme permiso para cambiar de opinión.

Y me enseña que los humanos somos capaces de pasar del pesimismo más profundo al optimismo exultante.

Hay otros filósofos que han escrito desde la irreverencia y la transgresión, como Schopenhauer. En ese caso, el humor no estaba presente.

¿Y tú, hay algo de lo que dice o hace Voltaire, con lo que te identifiques?

Me gustará que me lo cuentes en los comentarios.